28.11.11

Crítica de la madurez: Escrito 6: Miedo


¡No! No, no no noo, no, no; no. No son así las cosas, no deberían porqué tener que ser así. Detenela -detengámosla-.

 Soberbia que él tuvo que aguantar; no tenía porqué haber sido permitida. No lo pudo evitar y huyó.
 Vos decís que fue un tonto, pero mirá bien.
 Él sabía claramente dos cosas: lo que Diego y Hernán tramaban, cuya razón era totalmente infundada y cuyo cometido saldría impune por ser tantos los que participarían directa e indirectamente de él;
                                                   y lo que implicaría hablar: suicidio.

 No me dejé titubear más de un instante y fui a develar lo que iba a pas—No, todos sabemos que es mentira. Simplemente me callé, el titubeo nació y permaneció y la mierda quedó hecha.
 Así que, valor perdido, voz ausente, miedo germinando. Posta, la mejor de las combinaciones, el mix de un pelotudo.
 La profe de Gimnasia la pasó para el tujes, los indirectos no apoyaron la causa tácita pero tampoco la impidieron y los directos se felicitaban por ser la escoria que eran. Yo seguía de costado, marginado como un rembékiko.


PD: Todavía no sé qué quise decir con rembékiko.

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